Cuando nos dicen que la pereza es el padre de todos los males no es gratis. Lo que no se mueve, no se transforma, se congela y se muere y la pereza nos cohibe, nos inmoviliza, nos conforma y nos niega la posibilidad de sentir placer.
Como cualquier otra dimensión del ser humano la sexualidad y el placer son áreas que requieren atención, dedicación y trabajo, igual como lo son la espiritualidad, la alimentación y la salud corporal. Déjame explicártelo mejor, así como vas al gimnasio y entrenas, así como lees libros sobre hábitos alimenticios saludables, así como le asignas un espacio en tu agenda a tu espiritualidad, pues tu sexualidad también requiere dedicación, tiempo, práctica e interés.
Pero, ¿por qué nunca le hemos dado esa importancia a esta área fundamental de nuestras vidas, que no solo nos permite reproducirnos o tener la energía de creación para llevar a cabo ideas y proyectos sino reforzar nuestro bienestar, nuestra salud y nuestro amor propio?, creemos que factores culturales y religiosos nos han alejado de esta dimensión, pero llegó el momento de reconectar.
Entonces, por donde empezar?. Pregúntate:
1. ¿Te conoces?, te has dado la oportunidad de explorar tu cuerpo y tu mente para conocer tus zonas erógenas y tus fantasías?
2. Priorizo mi placer conmigo mismx y con mi pareja?
3. Agendo encuentros conmigo mismx y con mi pareja en caso de tenerla para asegurarme de alimentar nuestra sexualidad?
4. Intento aprender constantemente sobre sexualidad ya sea en libros, podcast, contenido?
5. Sé lo que le gusta a mi pareja e intento salir de la rutina de nuestros encuentros de vez en cuando?
Si contestaste alguna de estas preguntas negativamente ahí está tu tarea. Así que ha trabajar por nuestro placer, por nuestros orgasmos, porque lo que no se practica se olvida y lo que se olvida no se extraña.
Cuentanos qué opinas de esta reflexión y nos vemos en el próximo blog!